Hace 10 años, en el 2014 empecé a descubrir que era realmente la violencia de género, y el hecho, en cierto modo egoísta, puesto que tengo 2 hijas, de descubrir esta realidad totalmente desconocida para la sociedad, me ha llevado a aportar mi granito de arena con la utopía de cambiar pequeños mundos, todos esos mundos de las mujeres que nos solicitan ayuda, e intentar abrir los ojos a la sociedad para que descubra esta cruda realidad.

Son tan solo 10 años pero hemos conseguido crecer muy rápido y estar muy orgullosos de haber ayudado a más de 4.000 mujeres en este tiempo, conseguir llevar su voz a las administraciones para conseguir los cambios tan necesarios si realmente queremos terminar con tanto sufrimiento.

No solo trabajamos con la consecuencia de la violencia de género, también trabajamos arduamente con los centros educativos y asociaciones a las cuales, además de impartirles charlas y talleres, les facilitamos herramientas para que puedan convertirse en semillas de concienciación, sensibilización y ayuda.

No podemos olvidarnos del trabajo que realizamos también con hombres penados y condenados, a los cuales, gracias a los acuerdos que mantenemos con el Ministerio del Interior, impartimos cursos de reeducación para evitar que vuelvan a repetir estas conductas y del mismo modo ayudar a todas las mujeres con las que se pueden relacionar.

Mi vida laboral no siempre ha sido esta. He trabajado más de 20 años en una promotora inmobiliaria, que con motivos de la crisis del 2009 tuve que dejar. Pase una temporada como autónomo y emprendedor, y en la búsqueda de diferentes posibilidades de emprendimiento, se cruzo en mi camino el conocer realmente que es la violencia de género.